Envases EPS, una solución sostenible para el sector alimentario
¿Cómo garantizar las propiedades de alimentos perecederos para su distribución en un mundo global? Este es el gran reto al que se enfrenta el sector agroalimentario a día de hoy. Porque desde el mismo momento en el que el alimento sale de la tierra o el animal, comienza la cuenta atrás para que el procesador pueda hacerlo llegar a los consumidores bajo las más estrictas medidas de seguridad alimenticia.
La industria de los embalajes y envasados ha encontrado en los polímeros como el EPS una solución sostenible y más efectiva para garantizar al productor y al consumidor que el alimento mantiene todas sus propiedades organolépticas.
En 2018 el sector hortofrutícola español exportó por valor de más de 12.000 millones de euros, siendo los países prioritarios los vecinos de la Unión Europea, Japón y Brasil.
Envases EPS, la lucha contra el desperdicio alimentario
Una ineficiente cadena de frío y conservación de los alimentos inhabilita a éstos para cualquier consumo, lo que deriva en el desperdicio de millones de toneladas de alimentos. En España, se desperdician más de 7,7 millones de toneladas de alimentos según la agencia de las Naciones Unidas para la alimentación (FAO).
Frutas y hortalizas concentran un tercio de todo este volumen de alimentos que se desperdician bien por el mal almacenamiento y transporte, bien en el uso familiar y de consumo (supermercados, restaurante, etcétera). Específicamente a la mala gestión de la cadena de suministros se achaca el 14% de la fruta y las hortalizas eliminadas del consumo.
El coste económico que esto genera en el productor es evidente. ¿Y si los plásticos se convirtieran en aliados de la cadena de suministro agroalimentaria? Después de las últimas medidas legislativas, el uso de plásticos asociados a los alimentos no vive su mejor momento.
Las críticas arrecian por el uso, dicen, indiscriminado, de dichos plásticos en su disposición al consumidor. Sin embargo, las empresas especializadas en fabricación de embalajes y envases llevan años investigando sobre cómo convertir al plástico en un elemento crítico dentro del sector agroalimentario.
Nuevos materiales para envases y embalajes
¿Y si los polímeros pudieran alargar la vida de las frutas y hortalizas? La Universidad Miguel Hernández de Alicante ha trabajado con algunas de las empresas de referencia en el sector de los envases en una solución que consigue que la uva dure tres días más después de su vendimia. Y lo ha logrado fabricando cajas de espuma alveolar expandida, un tipo de plástico EPS (poliestireno expandido).
¿Por qué el poliestireno expandido?
¿Qué hace que este tipo de plástico sostenible sea tan atractivo para la industria agroalimentaria? Estas son las características del EPS como envase para alimentos:
• Es 100% sostenible en tanto es 100% reciclable
• Peso ligero, lo que además abarata los costes de transporte
• Resistentes a la compresión
• Son apilables (por su naturaleza rígida)
• Se puede adaptar para cualquier tipo de producto y necesidad
• Alta resistencia a golpes, por lo que es muy interesante para artículos y productos delicados
• Es muy fácil de manejar
• Tiene cualidades de aislante térmico
• Resiste a la humedad
100% reciclable
En plena guerra contra los plásticos, el EPS ha conseguido hacer un hueco en el sector de la logística y la cadena de suministros gracias a que se trata de un producto 100% reciclable.
Aún cuando no se recicle, una adecuada gestión de los residuos de EPS mediante la trituración del mismo aporta a la tierra aireación y drenaje, algo que resulta muy interesante para el desarrollo de nuevos métodos de compostaje de abonos para conseguir implantar medidas de economía circular.
Asimismo, el reciclado de EPS permite no solo crear nuevos envases sino aportar materias primas de segunda generación para la creación de otros productos, minorando la demanda de materias primas y, por consiguiente, el impacto sobre el medio natural y sus reservas limitadas.
Así pues, y a pesar del descrédito actual de los plásticos, los plásticos se han descubierto como grandes aliados para reducir el impacto en el medio de todos los agentes intervinientes en la cadena de consumo.