Las imágenes de los fondos marinos con plásticos como si fueran algas, o los vídeos de la isla de los plásticos han conmocionado al mundo, despertando a una realidad que está presente desde hace años, y contra la cual las propias empresas productoras de plástico están abordando. Y ello a pesar del descrédito que este foco mediático ha puesto sobre una parte de la realidad.
Y es que estas industrias llevan años investigando y aplicando políticas de economía circular al reciclado de plásticos. Estas iniciativas ponen de relieve cómo el plástico puede entenderse como una oportunidad y una alternativa y no como un enemigo de la sostenibilidad.
El reciclaje del plástico, una realidad desde hace años
La aplicación de los principios de la economía circular al reciclaje de plásticos no es nueva, como han puesto en evidencia recientemente en la feria ChemPlastExpo.
Las botellas y productos fabricados con plástico PET pueden reutilizarse casi al 100% (aun cuando su índice de degradación en la naturaleza toda vez que su vida útil ha expirado es bajo, tardando hasta 700 años en desaparecer).
A nivel comunitario, alcanzamos ya un 58% de índice de reciclaje de botellas PET, si bien existen grandes horquillas entre norte, más concienciado, donde supera el 90%, y el sur, donde apenas llega al 40%.
Empresas a lo largo de todo el mundo utilizan ya botellas de agua fabricadas al 100% en rPET, lo que implica que todas sus partes son reciclables y reutilizables.
Esta dinámica de producción de productos de plásticos va más allá, ya que no solo reutilizan dichas botellas, sino que al darles de nuevo forma de botella reducen el consumo de plásticos en su proceso productivo, minimizando así su impacto en el medio natural.
Los plásticos, presentes incluso aunque no los ves
De forma habitual, se asocia el plástico a las bolsas de la compra, a las redes de las latas o a las botellas. Sin embargo, las sociedades actuales consumen plástico en múltiples productos que no siempre se ven o se conoce de qué están fabricados.
- Envases y embalajes: los insumos más visibles y visibilizados. Ocupan una importante cuota de demanda de la fabricación de plásticos.
- Construcción: la edificación y la generación de materiales constructivos también emplea plásticos. Por ejemplo, las ventanas, donde encontramos gomas de plástico o embellecedores de este material.
- Sanidad: muchos insumos sanitarios utilizan el plástico para su fabricación o para su almacenaje.
- Agricultura: la producción de alimentos y el cuidado de la tierra también requiere de plásticos directa o indirectamente.
- Fabricación de maquinaria industrial. El plástico forma parte de la maquinaria y sus accesorios.
- Vehículos y medios de transporte. Muchos vehículos incluyen el plástico como un componente más.
- Los sistemas eléctricos. Tanto el cableado como los embellecidos requieren de plásticos.
- Sector textil. Existen tejidos que llevan una proporción de plásticos, además de ser parte del aparato de producción de textiles.
- Juegos. Aún cuando se indique que los juguetes de los niños tienen que ser de un determinado tipo de plástico, la realidad es que se fabrican con este material tan criticado.
- Otros productos de consumo
A día de hoy, uno de los mayores retos del sector pasa por ahondar en el procesamiento de todos esos “residuos” plásticos para revertirlos a un nuevo ciclo productivo.
En este sentido, las iniciativas que inundan Europa nos enseñan que, con compromiso y alianzas estratégicas, es posible revertir el consumo, la demanda y el impacto de estos materiales sobre el medio.
Por ejemplo, en Alemania, dos de los mayores fabricantes de perfiles de plásticos se unieron en la iniciativa Rewindo para recuperar material recicable de ventanas, persianas, etcétera y reintegrarlos a la producción en vez de dejarlos en escombreras a la espera de su destrucción.
Cuanto más puro es el artículo en su composición, más fácil puede incluirse en los procesos de la economía circular del plástico reciclado. Sin embargo, la realidad indica que la naturaleza mixta de los productos limita la capacidad de penetración de estas iniciativas de sostenibilidad de los procesos productivos.
Eficiencia y rentabilidad
¿Todos los materiales tienen potencial para ser plásticos reciclados? ¿El resultado ofrece un producto rentable? La sostenibilidad del planeta tiene importantes cargas emocionales que no siempre favorecen el planteamiento crítico de las soluciones a ejecutar.
No todos los componentes o productos terminados pueden ser válidos para un reciclaje del plástico eficiente, encareciendo el proceso y restando atractivo para su implantación a medio y largo plazo. ¿Existe alguna otra función que puedan desempeñar tras su tratamiento?
Esta es la pregunta clave que hemos de hacernos. ¿Qué nos aporta cada porción de plástico circular? ¿Estamos utilizando inteligentemente estos recursos?
Un ejemplo práctico. Los recursos plásticos más difíciles de recuperar pueden convertirse en energía para la producción de forma más eficiente que realizar todo el tratamiento de recuperación y reciclado.
El reciclaje del plástico y la economía circular
Hasta ahora, los procesos de economía circular se enfocaban sobre todo en la reutilización de los recursos no utilizados, aquellos ya utilizados y los residuos productivos para reincorporarlos a un nuevo ciclo de producción del mismo artículo.
Tal es el caso del papel reciclado o las botellas de cristal. El quebradero de cabeza llega cuando el producto alcanza su punto máximo de reutilización, en el que se convierte en un residuo más. O no.
En los últimos años, investigadores, científicos y empresas productoras de plástico han dado una vuelta de tuerca al reciclaje de los plásticos dentro de sus políticas de economía circular.
¿Por qué no realizar un reciclaje químico del plástico y utilizarlo para crear nuevas materias primas? Este tipo de iniciativas consiguen no solo evitar dejar el producto en descomposición en el medio natural, sino que le exige a éste menos materia prima para seguir produciendo.